Celebrando al café: el orgullo de una industria que florece con cada sorbo

Con una agradable sensación térmica de 30º, aquel sábado 20 de julio el Puerto de Asunción cobró vida con un evento que despertó todos los sentidos del crew de Sintonía: el Asu Coffee Fest. Entre el aroma de cafés recién molidos y la cálida bienvenida de diversas marcas y empresas locales, nos encontramos inmersos en un mundo donde el café no solo es una bebida, sino un arte que une pasiones y crea vínculos.

Texto por Silvana Benítez / Fotos por Renata Vargas para Sintonía

En ese vibrante día, el Asu Coffee Fest no solo fue un escaparate de sabores exquisitos y variedades únicas de café; fue un testimonio vivo de la pasión y el esfuerzo de cada persona detrás de cada marca y empresa local. Desde los pequeños productores familiares hasta los innovadores emprendedores, cada expositor compartía con orgullo su historia y su amor por el café.

Fue un día de descubrimiento y conexión con el corazón mismo de la cultura del café en Paraguay. Desde las primeras notas de la música en vivo que acompañaron nuestro recorrido hasta las conversaciones con los apasionados baristas y los productores locales, cada momento fue un recordatorio de la belleza de la artesanía y la tradición.

No obstante es importante subrayar esta crítica y tenerla en cuenta para próximas ediciones, pero la organización de eventos y la gestión ambiental son áreas cruciales en la industria del entretenimiento y la producción, donde la responsabilidad social y ambiental debe ser prioritaria, en resumen: una mayor distribución de basureros es crucial. Pero sí, debo reconocer que  es alentador ver que cada vez más empresas locales están adoptando prácticas sostenibles, como la reducción de residuos y el uso de materiales reciclables.

El Asu Coffee Fest no fue solo una feria, fue un encuentro con la esencia misma de la hospitalidad paraguaya y extranjera, y el orgullo de una industria que florece con cada sorbo. Así, entre abrazos compartidos y reencuentros forjados alrededor de una taza humeante como mi participación relámpago a una competencia de AeroPress donde me llevé el segundo lugar (porque también soy barista), experimentamos la magia de un evento que celebra lo mejor del café y la comunidad que lo sustenta.

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